Cacería de Rebecos en Alpes Franceses

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Camino Real Hunting Consultants: cazando en Alpes desde 1997.

Todo aquel que nos conozca sabe de sobra la afición que en Camino Real Hunting Consultants tenemos por la caza de montaña y más concretamente por las gamuzas. Organizar una cacería de rebecos en Europa, sea donde sea, es siempre ilusionante pues nos recuerda los inicios de las primeras aventuras fuera de España.

Entre todos los destinos europeos en los que cazar rebecos, Francia y sus Alpes siempre nos han despertado un gran interés. Fuimos allí por primera vez en 1997 y lo que comenzó siendo un viaje de dos buenos amigos, pasó a convertirse en una escapada obligada anual a la que poco a poco fueron sumándose más y más amigos cazadores. Todos los años, sólo en esta región de los Hautes Alpes, próximos a la frontera con Suiza, organizábamos entre 16-20 cacerías de rebeco.

Los 1.300 kilómetros más cortos del mundo.

Esta temporada, con el parón sufrido como consecuencia de la pandemia y la cancelación de prácticamente todas las contrataciones, creíamos que, por primera vez en todos estos años, íbamos a estar obligados a renunciar a nuestra cita anual en los Alpes. Tras semanas de incertidumbre, cambios de fechas, reorganización de cazadores y demás, Francia decidía abrir la caza y con ello, se nos abría una ventana de optimismo que sin duda pretendíamos aprovechar.

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Sin más dilación y en cuestión de pocos días lo preparamos todo. En esta ocasión, iríamos a los Alpes ubicados en la región de la Alta Provenza. Esta zona resulta tremendamente cómoda, ya permite volar a Niza o a Marsella, alquilar un coche y en pocas horas estar en territorio comanche. Dadas las circunstancias del momento, el trajín de los aeropuertos podría resultar un tanto inconveniente y tratándose de una cacería de pocos días, optamos por juntar absolutamente todo el material disponible en casa -que no es poco- y viajar hasta allí en coche. Con la ilusión del viaje, los 1.300 km que nos separaban de las montañas se nos hicieron cortos.

Mejor que en la oficina.

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Después de un viaje de doce horas de coche, nos encontrábamos con un precioso pueblo de montaña. Sus calles, parcialmente nevadas y adornadas ya con algunas luces, nos adelantaban una Navidad muy cercana y un ambiente muy especial, propio de esta época del año.

El recibimiento por parte de nuestro socio outfitter no pudo ser mejor. Tras descargar y organizar todo el equipo en la que sería nuestra casa para los próximos días, nos trasladamos a casa de Erick y Martine, ubicada a pocos metros de la nuestra para cenar. Erick, dentista de profesión, prefirió dedicar una parte importante de su vida a trabajar en algunos de los países más espectaculares de África como cazador profesional. Desde el primer momento te hacen sentir como en casa. Después de tantos meses de malas noticias, estar allí cenando con los guías de caza y otros cazadores, pegados a la chimenea y rodeados de los perros de caza de Erick nos supo a gloria. Una cena a base de lasaña de muflón cocinada por Martine y la planificación de los próximos días de caza marcaban el fin de un día largo y agotador.

La cacería: diez sobre diez.

Desde donde dormíamos hasta los diferentes cazaderos había entre 20 y 40 minutos de coche y el acceso por carretera es bastante ameno incluso con nieve. En nuestro caso, cazaríamos en uno de los cotos de mayor altitud, por aquello de tratar que fuera lo más alpino posible, dejando el coche sobre los 1.600 metros y alcanzando los 2.100 metros de altitud, sin llegar a ser en ningún caso una gran paliza. El sitio, diferente a los Hautes Alpes que ya conocíamos, son igualmente espectaculares a la vista de cualquier cazador de montaña.

Por otro lado, entre los territorios que gestiona directamente nuestro socio, existen cotos que no exigen tener una forma física excepcional y que, indudablemente, resultan muy convenientes pues permite adaptar la cacería al nivel de dificultad que uno esté dispuesto a asumir, permitiendo así disfrutar de una auténtica cacería de rebecos casi a cualquiera que se lo proponga con un mínimo de condición.

Al poco de coger altitud, comenzamos a ver los primeros grupos de rebecos. Pese al temporal de nieve y viento, sorprende ver a los cabritos jugando en las crestas con total tranquilidad. Los adultos, de color negro azabache y de crines largas, ofrecían un contraste sobre las palas de nieve imposible de olvidar. Con el celo ya pasado, nos llamó la atención la cantidad de rebecos que pudimos ver durante los días de caza. Lamentablemente, tuvimos que dejar de tirar varios de rebecos espectaculares ya que nuestro guía, con muy buen criterio, aseguraba que sería prácticamente imposible cobrarlos dada la dificultad del terreno como consecuencia de la nevada. En su lugar, optamos por sacar algunas fotografías, admirar los distintos grupos de gamuzas y continuar cazando hasta tener una buena oportunidad de tiro.

Durante los dos días de frío, nieve y lluvia, el taco que Martine nos preparó resultó un verdadero lujo. Los guías de caza, conocedores del terreno y con experiencia más que suficiente para juzgar correctamente los trofeos de rebeco -algo que en muchas ocasiones damos por hecho y que no siempre es así-, su simpatía y su buen hacer, suponían la guinda del pastel a dos días maravillosos de caza. Gracias a ello, todos fuimos capaces de cazar nuestro rebeco y de disfrutar de los Alpes una temporada más. Esperamos que os gusten las fotos.

¿Por qué Francia? ¿Por qué a través de Camino Real Hunting Consultants?

Más allá de la enorme extensión de territorios que gestiona directamente nuestro socio outfitter, la cantidad de rebecos que contamos teniendo en cuenta el mal tiempo que tuvimos durante los dos días de cacería, la calidad de los guías, así como el trato familiar y cercano recibido desde el primer momento que uno llega allí, hace de este lugar un destino casi obligado para cualquier cazador de gamuzas. Además, para aquellos que lo prefieran, su proximidad a los aeropuertos de Niza o Marsella hace que la logística del viaje sea bastante sencilla.

Nosotros, ya hemos empezado a organizar la temporada que viene. Y tú, ¿quieres unirte a nosotros?

Un abrazo y buena caza.     

Álvaro Mazón (Junior).

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